Como un viaje al interior de las flores que crecen el en recuerdo, estos poemas escritos desde la lejanía de su tierra, la inmigración a otro continente, el desarraigo desde el centro mismo de la médula, hacen un recuento de la infancia perdida, el territorio dejado a la evocación, los nexos familiares sujetos por una memoria que se va disipando, los vuelve compostaje, hojarazca de los nuevos otoños, donde la poeta ahora funda su presente, aquella verdad tan dolorosa de todo inmigrante: hemos abandonado al país, con él también se fue el centro de nuestro universo, las lagartijas que solíamos corretear ante la vista de unos padres extintos, el propio individuo que éramos para nosotros mismos en aquellos jardines huérfanos desde la carne.
Eduardo Bechara Navratilova
Olomouc, Moravia, República Checa